La artesanía, gastronomía y el respeto al medioambiente maridan a la perfección en el estreno de un evento que nace con vocación de continuidad
Rodalquilar y el término municipal nijareño han recibido este fin de semana la más que esperada puesta de largo de la primera edición de ‘Otoño y Sal’. Un festival ‘bouquet’, es decir, de formato reducido y con encanto, organizado por el Ayuntamiento de Níjar con la garantía de calidad y buen hacer que atesora la productora almeriense Crash Music y que ha contado también con el apoyo de la Diputación Provincial, Junta de Andalucía, Estrella Levante y la Fundación Music For All.
Un estreno que venía también avalado por un flamante ‘entradas agotadas’ desde hacía varias semanas y que, además de la música de Ara Malikian, Depedro, María Peláe, Rodrigo Cuevas y The Skatalites el sábado y de Mikel Erentxun en la matinal de domingo, ha contado con actividades relacionadas con el respeto al medioambiente, y también una importante difusión de la gastronomía y artesanía de la zona.
La vicepresidenta y diputada de Cultura, Almudena Morales, ha resaltado que “esta primera edición del Festival Otoño y Sal está siendo todo un éxito. La celebración de este evento es una referencia entre festivales que son responsables social y medioambientalmente. Además, Otoño y Sal es una cita que contribuye a la desestacionalización turística de la joya turística del destino Costa de Almería: el Parque Natural Cabo de Gata Níjar”.
El alcalde de Níjar, José Francisco Garrido señalaba en la presentación que “queríamos que Níjar se incorporara al circuito de festivales que hay en España pero no queríamos hacerlo de cualquier manera. Hemos querido hacerlo con un formato muy cuidado, con un cartel que recoja distintas sensibilidades musicales, dando realce a nuestra artesanía, nuestro respeto medioambiental y nuestra gastronomía y haciéndolo además de con la garantía de calidad que le da Crash Music a todas sus producciones, además con el añadido de las medidas inclusivas de la Fundación Music For All”.
Desde la organización de Crash Music han valorado de manera muy positiva la puesta en marcha de esta nueva propuesta cultural. “Desde que nos sentamos a trabajar en el proyecto teníamos claro qué queríamos que fuese Otoño y Sal y a partir de ahí ha sido muy sencillo dar forma a un cartel que es muy ambicioso y completo para ser su primera edición, en la que además se ha sabido responder con rapidez a los retos que nos ha ido marcando los imprevistos climatológicos de los dos días”.
Una tarde muy divertida
Los jamaicanos The Skatalites, cuya cabecera lleva en activo sesenta años a través de sus progresivos cambios de formaciones, fueron los encargados de abrir la larga y rica sesión musical del sábado. Una banda trotamundos, puesto que en primavera giraban por Estados Unidos, en verano por Inglaterra y venían de tocar hace una semana en Alemania, que hizo las delicias con sus síncopas y vientos al ritmo de ska, reggae y rocksteady. Desde su “Freedom Sounds” inicial, pasando por “Dance Away”, “Ska Train” o las postreras “James Bond”, “Latin Goes Ska” o “Guns of Navarone”.
Con todo el acervo folclórico y con la alegría tamizada de modernismo que la caracteriza, María Peláe desbordó su fuerza habitual en una actuación tan salerosa como divertida. La verborrea de sus canciones provoca una capacidad hipnótica que el público agradeció correspondiendo al compás, desde las iniciales “Letra Menúa”, “Por Si Te Vas” o “Deshielo”, pasando por esos temas con hechuras de clásicos populares, pese a su juventud, como “Mi Tío Juan”, “Que Vengan A Por Mí” o “No Se Pue’ Ser Buena”, entre las que se marcó una imponente versión de “Escándalo” de Raphael y una tanda por bulerías con baile de sus cortistas. Para el final todavía quedaba la gran fiesta final con temas como “Mi Mujer”, “Remitente”, “La Putukita”, “La Quería” y “La Niña”.
Los ritmos castizos, pero aquí con una mirada ampliada al otro lado del charco, llegó a continuación Depedro. El nombre artístico de Jairo Zavala es desde hace años sinónimo de sobriedad y elegancia, pero también con su importante dosis de hedonismo a través de unos tempos que se deslizan a veces por la cumbia, otras por los sones más caribeños, el reggae más sofisticado y, sencillamente, la belleza armónica de unas melodías pegadizas con letras cuidadas. Además, como es habitual, hizo su particular incursión entre los asistentes cantando con la banda entre el público. Presentando su nuevo álbum “Un Lugar Perfecto”, se incluyeron algunos de sus temas como el inicial “Lo Que Va Pasando”, “Lugar Perfecto”, “La Siembra” o “La Gloria”. Canciones que conviven a la perfección con otros clásicos de su repertorio como “Como El Viento”, “Hombre Bueno”, “Te Sigo Soñando” o la sentida versión de “Llorona”, antes de cerrar con “Mañanita”.
Ara Malikian y Rodrigo Cuevas, dos talentos desbordantes
El violinista de fama internacional Ara Malikian recogió el testigo de Depedro con una actuación en forma ‘rock star’, como a él le gusta, lejos del clasicismo más ortodoxo. Rodeando de una banda al completo, Malikian hizo todo un alarde de entrega, técnica y pasión. Empezando con su “Run” para continuar a ritmo de rapsodia en “Krikor Aklot” pero también con un guiño posterior a Dvorak. Como sorpresas, un guiño a Paco de Lucía con su “Zyryab” y con la colaboración especial del violinista y actualmente secretario general de Innovación Cultural y Museos, José Ángel Vélez. A ritmo de “Capricho”, de la popular banda sonora de “Pulp Fiction” y con “Nana” cerraron una actuación sin temor a las primeras gotas de lluvia que empezaron a precipitarse en Rodalquilar entrada la noche.
Pese a que en el cambio de grupos el agua arreció con más fuerza, la organización puso todos los recursos posibles para que el concierto del asturiano Rodrigo Cuevas pudiera salir adelante. Incluso puede que su folclore autóctono revestido de modernidad transgresora, demostrada en “Más Animal”, “Allá Arribita” o “Arboleda Bien Plantada”, adquiriera mayores tintes épicos con el agua, pero por seguridad del público y de los artistas el concierto tuvo que acortarse, cerrando así la jornada y teniendo que cancelar la última actuación prevista con los sevillanos Derby Motoreta’s Burrito Kachimba.
Domingo, Mikel Erentxun en el Anfiteatro de Rodalquilar
De nuevo haciendo gala de una rápida capacidad de adaptación y dado que se preveían durante la mañana y mediodía rachas de viento de más de 40 km/h en la zona, el concierto de Mikel Erentxun previsto en la Isleta del Moro se trasladó al Anfiteatro de Rodalquilar para garantizar su óptima ejecución y comodidad para el público.
Con su saber hacer contrastado a lo largo de toda su carrera, el artista donostoriarra desplegó todo su buen hacer empezando por agradar desde el arranque con una primera concesión a su legado en Duncan Dhu, como ese paseo por la antológica “Una Calle de París”. De hecho en el concierto hubo espacio también para casi todos sus discos en solitario, sin centrarse en demasía en su último “Septiembre”. “Tu Nombre En Los Labios”, “California”, “Mañana” o una apropiada “Entre Salitre y Sudor” protagonizaron un primer bloque que sentó las bases de una actuación muy aplaudida y con conexión directa con un público muy agradecido y participativo.
Pasado otro tramo de canciones y confesiones, brilló el momento más íntimo con las interpretadas al piano “Quién Se Acuerda De Ti” y “Oh, Siena”, esta sí de su último disco, para abrir una gran tanda de éxitos incontestables como “A Un Minuto De Ti”, “Cien Gaviotas” y “Cartas De Amor”. Quedaban tan solo los bises para los que dejó una solista “Veneno” y encantador cierre final con la balada de Duncan Dhu “Esos Ojos Negros” y la premonitoria e incaduca “En Algún Lugar”.
Actividades complementarias
Hay que destacar que el vivero recibió diversas actividades de concienciación sobre el medioambiente con Grupo Hozono. Como la charla “Cuidemos nuestro Parque Natural: Recogida de residuos”, a cargo de Neuroeducamos, a la misma hora se abrió un mural con residuos recogidos a cargo de la artista Tati Salvador, y brá un taller de arte para toda la familia con los residuos recogidos, con Neuroeducamos.
En la zona gastronómica hubo una buena representación de productos y platos almerienses, entre los que no faltará el trigo de Almería con morcilla e hinojos, migas, arroz, carne al ajillo, fritailla, además de jamón, queso, embutidos o papas a lo pobre.
Con el objetivo de reducir al máximo el uso del transporte personal, Otoño y Sal contó también con dos rutas distintas para sus líneas de buses lanzadera. La primera, con dos horarios de salida y de regreso desde Las Negras y, la segunda, con hasta tres opciones horarias de salida y regreso desde San José, haciendo parada en El Pozo de los Frailes, Los Escullos y La Isleta del Moro.